Le asustan los ruidos y también la tranquilidad. Le gustan los mimos pero respira en soledad. Se hace la fuerte ahí, donde no la ven y se esconde siempre que hay maldad. Ella vive conversando con su piedad. Se queda en vilo, para no tener que soñar y ahuyenta sus ganas y luego se las pone a buscar. Solo una vez pudo reírse de su contradicción y logró burlarse del sentido común, y de las cosas que no saben morir, pero de pronto todo es ilusión. Se abraza, se cuida y se estrella como un avión sin razón.
Es un lindo y melancolico escrito, me gusto mucho. Un beso! Te sigo! ^^
ResponderEliminarme identiifica y mucho , nunca leei algo que me llegara.
ResponderEliminar